jueves, 13 de septiembre de 2012

Balam, el Dreadnought

En las primeras descripciones de los Águilas Rojas, destacaban varios personajes heróicos. En estas histórias nacieron, por ejemplo, el Capellan Cuauthl o Iclan, el primer Dreadnought del Capítulo.

Creo que ha llegado el momento de actualizar algunas de esas historias, con el fin de darle un lavado de cara a esos personajes y adaptarlos al trasfondo actual.
He escogido un Dread para empezar. Actualmente, tengo completamente pintado un Dreadnought armado con un cañón de asalto, lanzallamas y puño de combate. Es un tipo temerario: Se arroja a la batalla en una cápsula y suelen dejarlo para el taller en los primeros compases de cualquier conflicto...
Pese a que hace años bautizé a mi Dread como Iclan, llegado el momento no lo recordaba, por lo que este Dread se llamó Balam (que, creo, significa Jaguar en maya...). Es posible que me guarde el nombre de Iclan para un segundo bípode.





 BALAM
Fue durante la Guerra de Badab, en la llamada después Liberación de Aronticus, donde los Águilas Rojas tuvieron su bautismo de fuego. Muchos fueron los que de entre las filas de Los Primeros Cien destacaron en aquellos días, pues trataban de impresionar a sus veteranos tutores y hermanos.
Mientras Caotl Auhtli alcanzaba la gloria derrotando a un Campeón de una Compañía de Ejecutores, Balam Ak Cimil se encontraba en lo más cruento de una limpieza de trincheras. Su empeño y fiereza le arrastraron a zonas donde era casi temerario entrar, pero se las apañó en todas y cada una de las ocasiones para salir indemne. Finalmente, fue el primer Águila Roja en recorrer el sistema de trincheras al completo, llegando al bunker de mando donde el oficial de las lineas de Guardia Imperial renegada trataba de mantener la posición.
Cuando estaba apunto de ejecutar al traidor, este hizo estallar una carga de explosivos que, en el interior del bunker, provocó un destrozo absoluto. Cuando llegó el resto de su escuadra, Balam se encontraba prácticamente partido por la mitad. No obstante, en su mano se encontraba fuertemente sujetada la cabeza del traidor: En ese pequeño instante entre la activación del explosivo y la detonación en el que su mejorada morfología Astartes le hubiese permitido escapar de lo peor de la explosión, Balam, en vez de huir, había acabado con la vida del oficial. Las que él creía que iban a ser sus últimas palabras fueron "Nadie huye de la justicia del Emperador".
Gracias a los esfuerzos de los Apotecarios del Capítulo, Balam fue trasladado inconsciente, pero con vida, de nuevo a Ícaro. Sus heridas estaban más allá de toda cura, por lo que el propio Arnio Cael ordenó que fuera confinado en una armadura Dreadnought. Algunos oficiales, como el Capitán Ollegio de la Tercera Compañía, mostraron su disconformidad. No obstante, el Comandante se monstró inflexible en su decisión y el jóven fue sepultado.
Así es como el hermano Balam tuvo el honor de convertirse en Dreadnought del Capítulo, pasando a servir de esta manera en las filas de los Aguilas Rojas. Su juventud e impetu aun perviven, y lo llevan siempre a la zona de combate más cerrado, llegando a ser arrojado en cápsula de desembarco sobre el campo de batalla.

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