¡Hola de nuevo! Mientras subo a mis galerias de Adeptvs y La Armada las fotos del progreso en mi Stormtalon, me gustaría compartir en el blog el relato que elaboré para el pasado Torneo Adeptvs.
LA
QUINTA EXPEDICIÓN A DEPTVS 1.5
La siguiente historia
se enmarca entre los acontecimientos ocurridos en Aronticus, durante
la Guerra de Badab y la asunción por parte de Caotl Auhtli del mando
de la5ª Compañía.
En estos momentos,
Auhtli, junto con su escuadra, acaba de ser ascendido a Veterano.
Forman parte de los Primeros.
VISIONES DEL KUNAQ
El fuego devoraba a la
gran serpe, mientras los hijos de Ícaro hundían sus lanzas en su
lomo y sus espadas en su vientre. Los guerreros Jaguar la habían
derribado con flechas de fuego y disparos de sus primitivas armas. La
bestia estaba herida, pero no muerta. Sus alas se habían roto con la
caída y plumas en llamas caían aún de la gran bóveda de
vegetación.
Anka Qatiqill no sabía
como había entrado la bestia en la jungla. No era su territorio, y
no solían adentrarse en las Grandes Sombras. Aquella serpe debía
tener un hambre voraz. Miró al cielo, al agujero que había creado
entre las ramas el cuerpo de la serpiente alada. Era la Noche, el
único momento en que en Ícaro se veían las estrellas. Los
guerreros no prestaban atención al Kunaq. Para ellos, no existía. Y
ellos, se dio cuenta en ese instante, tampoco.
Cuando fue consciente de
aquella realidad, Anka Qatiqill despertó en su celda. Se encontraba
en Ícador, no en la jungla, y no había serpes ni guerreros. Se
levantó y reflexionó sobre su sueño. Podría tener algún
significado, o podría no ser más que un sueño. Chasqueó la
lengua, rompiendo el silencio de la pequeña habitación. Solo y en
la oscuridad no iba a adivinarlo.
Se vistió con una túnica
ligera y salió al pasillo. Su habitación estaba cerca del
Librarium, que se encontraba siempre iluminado para aquellos hermanos
que buscasen la sabiduría escondida en su interior.
Un servidor de mirada
vacía se encontraba en las inmediaciones de la entrada. Cuando se
acercó, Anka escribió en el teclado de su espalda “Mapas
Estelares”. El servidor reaccionó como un resorte y sus orugas se
pusieron en marcha. Al cabo de un momento volvió con varias placas
de datos. El Kunaq las cogió y se sentó frente a la gran
holopantalla que presidía centro del Librarium.
Llevaba ya más de nueve
horas mirando distribuciones estelares desde todos los ángulos,
cuando una formación le llamó la atención. Indicó al Espíritu de
la Máquina que acercara las estrellas. “Más” le ordenó. “Más”.
“Más”.
Ahí estaban. Eran las
estrellas de su sueño, estaba seguro. Las que el cuerpo de la serpe
había dejado al descubierto con su caída.
Ordenó a la máquina que
le mostrase todos los planetas que tuvieran en este momento visión
de aquellas estrellas en la posición en la que se encontraban ahora
distribuidas.
Una lista apareció ante
sus ojos, con puntos marcados en el mapa estelar de un brillante
color rojo. Los fue marcando de uno en uno, estudiándolos,
analizándolos con la mente abierta, con el poder latente en su
interior.
Finalmente, uno de los
nombres le hizo detenerse. Deptvs 1.5. Una luna ubicada en un sector
deshabitado, pero, según sus datos, totalmente habitable. El mundo
sobre el que giraba, era un gran gigante gaseoso. “Qué extraño…”.
El Imperio no era un organismo que dejase escapar ese tipo de
recursos, la posibilidad de extraer el gas del planeta mediante la
instalación de un complejo minero en Deptvs 1.5 habría sido el
curso normal de acontecimientos. Aquel satélite parecía una fruta
madura, dispuesta a ser recogida.
Leyó su historia. Al
parecer, había habido 4 intentos de colonización. Todos estaban
marcados con la palabra “INFRUCTUOSO”, pero no daban más
explicación. El asunto parecía estar marcado con cierto aire de
misterio.
No obstante, él lo
sabía. En aquél lugar, una serpe iba a caer. Y los hijos de Ícaro
debían estar allí para combatirla.
KHATL
Caotl Auhtli era el Khatl
de la Escuadra Jaguar. Habían elegido ese nombre hace unas semanas,
cuando fueron trasladados a la Primera Compañía, tras una larga
deliberación que había terminado con dos guerreros Águila en la
enfermería.
Pese a que provenían de
partes muy distintas de su mundo, se sentían muy unidos entre sí.
Eran parte de los Primeros, aquellos que habían pasado las pruebas
de iniciación por primera vez en Ícaro.
Habían servido juntos en
Aronticus, y todas las campañas en las que habían intervenido los
Águilas Rojas desde entonces. El Señor del Capítulo parecía
asegurarse de ello.
Tras su última batalla,
en el mundo de Garag, bajo el mando del Capitán Ollegio, de la
Tercera, su escuadra táctica había logrado defender de forma
heroica las posiciones avanzadas de la Compañía frente a los
insidiosos Eldar Oscuros, que los acecharon durante días, tratando
de cazarlos como a animales. Cuando el humo de la guerra se disipó,
la escuadra táctica permanecía intacta, y los Xenos estaban
muertos. Pese a que Ollegio tenía prohibido que sus hombres llevaran
a cabo prácticas barbáricas, los Primeros eran terriblemente
indisciplinados en ese sentido. Se habían colgado al cinto las
cabezas de los enemigos caídos y su aspecto se acercaba más al de
un guerrero del Caos que al de un Astartes.
Ollegio había montado en
cólera cuando supo de su ascenso a la Primera Compañía. Según
decían, había acudido al Señor del Capítulo con intención de que
los convirtieran en servidores.
Tras no lograr su
objetivo, el Capitán tuvo que contentarse con perderlos de vista.
No eran jóvenes
díscolos. Todos ellos acumulaban casi dos siglos de servicio, y eran
letales en combate. Su ascenso no era fortuito o fruto de un momento
de gloria fugaz. Se habían ganado a pulso el estatus de Veteranos.
Aún se estaban
acostumbrando a su nuevo destino cuando apareció un servidor del
Librarium. “El Kunaq desea verle, Khatl Auhtli”. No hacía falta
que especificara quien. Con el cargo bastaba. Todos los
Bibliotecarios de los Águilas Rojas eran anteriores a Ícaro. Todos
menos uno. Anka Qatiqill, el único Primero que había demostrado
tener dotes psíquicas.
Normalmente le llamaban
Bibliotecario Qatiqill. Pero los icarienses se referían a su cargo
como Kunaq, consejero, sabio; y a él, como el Kunaq Anka.
Cuando llegó a su celda
observó que el Kunaq se encontraba observando mapas estelerales.
- Me han dicho lo de tu
ascenso, Khatl.- Dijo el Bibliotecario con una sonrisa.-
Enhorabuena.-
- Gracias, Anka. Una pena
que no te hayas podido unir a nosotros.-
- Ni yo, ni muchos de
nuestros primeros hermanos. Pero cada día somos más, Caotl. Pronto
tendrás más nómadas del desierto a los que mandar a la
enfermería.-
- ¿Me has llamado
únicamente para felicitarme?-
- No, te he llamado por
que voy a necesitarte.- Le hizo un gesto con la mano para que se
acercara.- Tengo una misión. El Señor del Capítulo me ha dado el
visto bueno para elegir una fuerza de combate para llevarla a cabo.-
- ¿Qué clase de
misión?-
- Aun no lo sé. Ha sido
todo un sueño.- Dijo.
- ¿Un sueño? ¿Vamos a
perseguir un sueño?-
- Así es. Ha sido
premonitorio. Lo sé. Un gran mal se cierne sobre esta luna.- señaló
Deptvs 1.5 en el mapa.
- ¿Estás seguro?
- ¿Soy o no soy un
Kunaq, Caotl?
- Entiendo. ¿Y que
tenías pensado?-
- Voy a reunir una fuerza
de combate, intentaré que el número de icarienses sea el máximo
posible. Este mal debe ser combatido por los hijos de Ícaro.
- ¿Reunir a todos los
icarienses?
- A todos los posibles.
Te quiero en el campo de batalla, Caotl. A ti y la Escuadra Jaguar.
- Por supuesto, Kunaq.
Estaremos bajo tus órdenes.-
- Quiero que os dividáis
en escuadras de combate. Os he conseguido varios regalos que seguro
os gustarán.-
- Se vé que el Señor
del Capítulo tiene fe en ti.-
- Tiene fe en los
icarienses, Caotl. Somos el futuro del Capítulo. Desea que
recorramos nuestro propio camino.-
- Y ese camino pasa por…
¿Deptvs 1.5?-
- Así es.
- ¿Y como se llama esta
fuerza de combate tuya, Anka?
- No lo había pensado…
Pero puesto que esta será la quinta vez que el Imperio trate de
conquistar Deptvs 1.5…¿Qué te parece Expedición Nahul?-
Caotl Authli sonrió con
ferocidad.
- Perfecto.-
Este relato tiene mucha información de cara al trasfondo de mi ejercito.
Estamos ante el que será el germen de la 5ª Compañía, bajo el auspicio del Bibliotecario Anka Qatiqill.
Para empezar, emplaza la acción en el pasado. Caotl Auhtli, el actual capitán de la 5ª Compañía, acaba de ser ascendido a Veterano.
La historia nos presenta a dos personajes recurrentes en mi ejercito, Auhtli y Qatiqill.
. Es la palabra icariense para denominar a un Bibliotecario. Viene a significar sabio o el que mira las estrellas.
. Cinco, el número.